lunes, 20 de enero de 2014

El alza de cotizaciones extraerá 2.000 millones más del mercado de trabajo

La situación financiera de la Seguridad Social sigue siendo alarmante, y así lo volverá a demostrar su balance presupuestario correspondiente al cierre de 2013. Mientras, el Gobierno ha decidido optar por la vía rápida a la hora de poner solución a ese problema. No en vano el Ejecutivo, además de dejar aparcado su compromiso de rebajar las cotizaciones sociales, ha elevado las cuotas que empresarios y trabajadores pagan en tres jugadas. Todo ello con el objetivo de inyectar cerca de 2.000 millones de euros extra de recaudación cada año; casi cualquier añadido es bienvenido para un sistema maltrecho después de dos recesiones.

El primer movimiento se llevó a cabo en el proyecto de Presupuestos Generales para este año, a cuyo texto se incoporó un alza del 5 por ciento en la base máxima establecida para calcular las cuotas de la cotización. El propósito del Ejecutivo era arañar 700 millones extra de este modo.

En cuestiones de recaudación siempre es más fácil, y menos impopular, hacer reformas en los techos que en los suelos. Pero estos últimos tampoco se iban a librar. El penúltimo Consejo de Ministros del año pasado decidió incrementar la base mínima de cotización.
A por los autónomos

Esta decisión apuntaba, sobre todo, a los autónomos, un colectivo que se ha caracterizado tradicionalmente por preferir las cuotas más bajas. El margen para la elección es más estrecho desde el pasado 22 de diciembre, sobre todo para los nuevos autónomos que empleen a una decena o más de personas. Su suelo subió un 22 por ciento. 

En conjunto, los cambios que han afectado a las bases mínimas de cotización permitirán que la recaudación por impuestos del trabajo aumente en 100 millones anuales aproximadamente, de acuerdo con los cálculos de Empleo.

Con todo, la parte del león de esa inyección de 2.000 millones de más que entrarán en las exhaustas arcas de la Seguridad Social la aporta la tercera jugada, decidida también en puertas de la navidad, que ha hecho que los pagos en especie hasta ahora exentos de todo gravamen pasen a tributar.

El hecho de que haya que cotizar también por conceptos como los cheques restaurante, los servicios de guardería ofertados a empleados o los planes de pensiones derivados de la negociación colectiva (ver listado completo en el gráfico adjunto) se traducirá en un balón de oxígeno cercano a los 1.000 millones de euros anuales.
¿Exceso de cautela?

Es la cifra aportada por el ministerio que dirige Fátima Báñez, pero sus estimaciones pueden haber pecado de exceso de cautela. Basta con centrarse en una de las retribuciones en especie más extendidas: los cheques restaurante.

De acuerdo con Empleo, son 275.000 personas las que ahora se benefician de este tipo de pago. Los cálculos del sector al que más directamente afecta, el hostelero elevan esa cifra hasta los 600.000 trabajadores.

Tampoco hay acuerdo en lo que respecta al impacto al que se enfrentan tanto los empresarios en sus beneficios y los trabajadores en sus nóminas. Desde la Seguridad Social dan por hecho que no será significativo, especialmente en lo que al trabajador concierne.

No lo ven de la misma manera desde las patronales, hasta el punto de que han pedido la retirada del decreto que hizo posible el alza de cotizaciones. Así, por seguir con el ejemplo de los cheques restaurante, los empresarios argumentan que el pago de 100 euros en estos bonos a un trabajador, ahora se va a ver encarecido en un 30 por ciento. No en vano tendrán que pagar 30 euros como cuota a la Seguridad Social que se sumarán a los 100 euros entregados al empleado.

En cuanto a este último, el cambio normativo que entró en vigor a partir del 22 de diciembre supondrá que tendrá que ingresas poco menos del 10 por ciento (6,7 euros en concreto) por beneficiarse de esos 100 euros en forma de cheques restaurante.


Fuente: El economist



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